lunes, 20 de diciembre de 2010

Historia de un despropósito

Hace ya mucho, mucho tiempo, allá hacia finales del siglo pasado, unos muros de tierra mal diseñados no pudieron aguantar la presión de millones de hectómetros cúbicos de agua acumulada entre ellos y liberaron una marea tóxica que arrasó con toda la vida silvestre de un río entero y estuvo a punto de hacer lo mismo con lo que nos queda de marisma natural en la desembocadura del Río Guadalquivir. Pero ese no es el despropósito del que pretendo hablaros.

A la sombra de tan desafortunado acontecimiento, cuyos culpables están todavía pendientes de ajustar cuentas con la justicia (y es que el tiempo corre muy lento cuando hay mucho dinero de por medio, a mayor cantidad de dinero más parece frenarse el discurrir del tiempo), se diseñó todo un magnífico plan para mejorar entre otras cosas el sistema hídrico del amenazado Parque Nacional de Doñana. El graciosamente denominado Plan Doñana 2005 está todavía en ejecución y algunas de sus actuaciones esta trayendo a Doñana más perjuicios que beneficios. Pero ese no es el despropósito del que pretendo hablaros.

Se pretendía, entre otras cosas, corregir actuaciones (en su mayor parte agrícolas) llevadas a cabo en el pasado que estaban perjudicando el normal devenir de los procesos hídricos naturales. La deforestación de cauces y márgenes y de las zonas inundables anejas había acelerado de una manera peligrosa los procesos de erosión y sedimentación y traducido en graves problemas de colmatación de ciertas partes de la maltratada Marisma del Guadalquivir al norte Parque Nacional. Pero no, este tampoco es el despropósito del que pretendo hablaros.

Pero después de las innumerables comisiones de expertos, reuniones de sabios, informes técnicos y demás herramientas que se utilizaron para la elaboración del ambicioso Plan, nadie habían previsto que se pudiera tener un invierno tan lluvioso como el que tuvimos el pasado año 2009. La fuerza del agua supero con mucho a la fuerza del intelecto, no hubo millones bastantes para pagar cerebros suficientes para hacer los cálculos necesarios. Buena parte de los trabajos de rediseño de cauces y adaptación de infraestructuras realizados están ahora bajo las arenas de Doñana. Los millones que costaron comparten tumba con ellos. Una vez más, este no es el despropósito del que pretendo hablaros.

29 Enero 2010

Una nueva cuadrilla de profesionales, pagados de nuevo con el dinero de todos, se puso manos a la obra para rellenar agujeros, reconstruir puentes y diques, reabrir caminos bloqueados y mejorar los accesos al Centro de Visitantes Jose Antonio Valverde y a la Marisma de Hinojos por el norte. Uno de los caminos más afectados al norte del Parque Nacional fuel la vía pecuaria conocida como Raya Real, que es utilizado diariamente por decenas de agricultores, ganaderos, guardas, biólogos, excursionistas y empresas de uso público del Parque Nacional. Después de casi cuatro meses de afectación las primeras obras de urgencia comenzaron en Marzo de 2010. Utilizando materiales de dudosa idoneidad se construyó una suerte de vado, a todas luces provisional, que restauró a duras penas el tránsito por la zona.




19 Marzo 2010

Muchos miles de toneladas de piedra caliza se utilizaron para rellenar los agujeros provocados por el agua en las arenas silíceas del Coto del Rey. Efectivamente, este tampoco es el despropósito del que quería hablaros.

Las obras comienzan de nuevo en Mayo, antes del inicio de la Romería del Rocío, para adecentar el resultado de los trabajos anteriores y ofrecer a los amantes de tal evento un camino rociero impoluto e inmaculado donde los efectos desastrosos de las lluvias del invierno eran difíciles de observar a los ojos de los muchos miles de usuarios del camino durante esos pocos días de finales del mes de Mayo.



14 Mayo 2010

Posteriormente, durante muchas semanas del verano se acometieron nuevas obras en el mismo punto del camino, esta vez parecía que definitivas, con la idea de solucionar el problema endémico del tránsito por la Raya Real durante los meses de lluvias. En este tercer turno de obras se construyeron dos vados con firme de hormigón y un pequeño puente sobre el Caño Salado, lugar actual de confluencia de la mayor parte del volumen de las aguas redirigidas mediante las obras incluidas en al Plan Doñana 2005 aguas arriba.



10 Noviembre 2010

La opinión generalizada de los usuarios del camino era que estos últimos trabajos llevados a cabo no iban a ser los adecuados para solucionar el problema de transito del camino en invierno. Por ejemplo, algunos esgrimían que el pequeño puente construido sobre el Caño Salado no era la estructura adecuada para enfrentarse a las alturas y caudales de aguas observados normalmente en la temporada de lluvias en esta zona, y mucho menos apropiado para condiciones como las observadas en el invierno del 2009. También se oían opiniones que ponían en duda la idoneidad de los vados de hormigón para enfrentarse igualmente a los niveles de agua habituales en al zona.

Y por fin llega el momento de hablaros del despropósito que da origen a este relato, no tenéis más que observar las fotos tomada hoy mismo día 20 de Diciembre de 2010 en este mismo punto del camino muy pocas semanas después de la finalización de las obras:



El escalón excavado por el agua en ambos extremos de la plataforma de hormigón del puente sobre el Caño Salado, cuyo nivel ha superado con creces el nivel del puente, ha provocado el nuevo virtual bloqueo del camino, y esto no ha hecho más que comenzar, las aguas acaban de empezar sus trabajos de invierno este año. Después de 3 turnos de obras a lo largo de 9 meses durante 2010 y muchos cientos de miles de euros gastados, financiados por todos los contribuyentes, nos encontramos ante la antesala de una situación que amenaza con ser parecida a la que teníamos antes del comienzo de las actuaciones: el camino principal de acceso a las Marismas de Hinojos desde El Rocío bloqueado con el consecuente perjuicio para todos sus usuarios.

Las gentes del lugar no pueden explicarse cómo es posible que este sea el resultado de los trabajos realizados por presuntos profesionales en la materia, para solucionar un problema cuya diagnosis parecía aparentemente tan sencilla. Vaqueros, ovejeros, guardas forestales, ayudantes de campo, guías de naturaleza, biólogos, personas con trabajos dignos y preparación finamente adaptada a sus ocupaciones, pero sin ningún tipo de formación en materia de caudales y obra civil, previeron la no idoneidad de las actuaciones realizadas.

Esto nos da a todos qué pensar. Muchos comienzan a dudar si de verdad se está pretendiendo solucionar el problema, o si de verdad los profesionales contratados y los gestores implicados saben lo que tiene entre manos aquí en Doñana. Comienzan muchos a dudar si los análisis y actuaciones realizados en este y otros casos en Doñana se hacen con la mejor de las intenciones o si en realidad existen intereses ocultos que poco tienen que ver con la eficiencia y la buena gestión de fondos públicos que dejan de serlo y se convierten en privados cuando se abonan las facturas. Ya se sabe, el dinero que no es tuyo se maneja con alegría, y aquí en Doñana, tierra de fiesta y jarana para muchos, ese gran caudal de felicidad parece desbordarse por puentes y vados e ir a llenar los agujeros excavados por algunos.